Reseña sobre la poética de Jael Uribe -Taller Literario Juan Sanchez Lamouth

GRACIAS hermanos del Taller Literario Juan Sánchez Lamouth. No tengo palabras, por primera vez me han dejado muda. Los abrazo!  

 

La poeta Jael Uribe

En otra orilla de sus voces redondas
 
La baja asistencia de los lamouthianos no la desanimó para nada. Llegaron los pocos que llegarían y el taller dio inicio, como costumbre, con la lectura de un poema de Juan Sánchez Lamouth. Antes que con sus poemas la poeta Jael Uribe se impuso con su sonrisa amplia, invasiva, niña. Evidentemente espontánea, desató al hilo de la tarde su encanto, carisma y sencillez.

Dadas las excusas de lugar por los compañeros ausentes, leída unas palabras tomadas de la red a modo de presentación, Jael empezó, verso a verso, poema a poema, sonrisa a sonrisa, a construir el asombro en la mayoría de los presentes. 

Livianos los cuarenta y tantos minutos que Jael Uribe llenó con poemas como: He aprendido el nombre de la noche de tanto llamarla, Entiérrame ahora, El final es un retorno, Cuestión de abismo, Hablando de cuervos, Llegará el silencio, Diatriba de amor para una muerte tácita, En la brevedad del tiempo, La otra muerte, Hablemos de la noche, Erosionando en besos, Me he metido en tus olvidos, De perros y de cuervos, Te condeno a ser mujer (uno de los mejores sin dudas), En la pálida espera, He visto pasar un hombre, y otros textos convocantes del disfrute y la aprobación silente entre diálogos continuos de miradas. 

Cruzaron la tarde hermosos versos: “vaciándole la noche a sus estrellas”, “esta partida recurrente no se marcha, vuelve”, “semblanza de espejos duplicando el alba”, “la otra fruta prohibida del silencio”, “he comido el pájaro entre la luna y la andanza”, “la noche está de parto”, “de perros y de cuervos está hecha la calma”, “te condeno a ser mío en el temblor de la inercia” “la certeza de la noche maquillada” “morir a flor de piernas”… 

Su poética presenta registros de una polisemia que se abre en diferentes y hondas direcciones, produciendo fenómenos sensibles de diversas facturas emocionales. Así algunos de los presentes la encontraron hermética, oscura pero igual atractiva, sugerente, penetrante, con una fuerza aglutinante de voces capaz de cargar “sobre las nalgas un ramo de mundo” pero también de “voces que redondas se encierran en sí mismas” sin quebrar la atmósfera poética de su universo.

Otros, que hay desequilibrio en la construcción de la forma, que solo impacta a los intelectuales, que Lezama Lima, que Borges, que el hermetismo, que la falta de comunicación, que el feminismo, que el cuervo de Edgar Alan Poe o no, que el hombre que se esconde en algunos textos, que la sonoridad en la poética de Neruda, que la ira en tanto fuente catalizadora en la inspiración de Jael Uribe, que Whitman, que el deseo irresistible de ver, leer, devorar sus libros inéditos: Ellas También me Habitan, El Otoño de la Fruta, La Muerte es un Bocado de Ausencia ; en fín, muchos temas tocaron la tarde y Jael a todos respondió con la sonrisa siempre florecida, olvidada de su dolor de garganta, con calma dominante y gratitud para aquellos pocos comentarios adversos, si alguno se puede clasificar así. 

Se inclinaba la noche sobre nosotros y la poeta mantenía el encantamiento. Versaban las pausas tanto como sus “palabras mariposas”; las anécdotas, la madre en el intento continuo de sumergirse en su mundo, ahora con barreras de versos infranqueables para ella…

Pero de risas, de admiración y gratitud a la poeta, de iniciados afectos llegó la noche y, Jael Uribe se marchaba quedándose en nosotros y en la hermosa historia que escribe, domingo a domingo, el Taller Literario Juan Sánchez Lamouth gracias a la calidad y la humildad de sus invitados, y a la constancia de sus miembros.

0 Déjame Tu Comentario | Post a Comment:

Publicar un comentario

¡Muchas gracias por llenarme de luz! ¡Te regalo una sonrisa!

My Instagram