Rossio, Denisse, Eduardo, Luz , Jael, Jennet |
En la noche del martes 18 de dic.
201 2, a las 7 Pm, se llevó a cabo en el Laboratorio Evolutivo de Arte
Contemporáneo en la Ciudad Colonial de Santo Domingo, el recital “Poesía de Mujer: Por una Navidad sin
violencia” dentro del marco de la
Tertulia Poética del Dr. Eduardo Gautreau de Windt en la cual
participaron algunas de las escritoras dominicanas representantes del Movimiento Mujeres Poetas Internacional MPI.
La actividad inició a eso de las 7:15 pm para dar paso a los detalles técnicos de
sonido y video con tres de las canciones de la diva argentina Manuela Rodríguez, quien a golpe de voz
y guitarra expandía su reclamo por la paz retumbando los rincones del lugar,
luego de tres canciones hermosas nos dejó plegados con su magia y alegría. De inmediato
el anfitrión pasó a explicar la intensión de la actividad, entre las
impactantes imágenes del proyector y la mención de los nombres de los más
mencionados casos de mujeres dominicanas víctimas de violencia en noticias
nacionales, nos emocionamos ante los rostros antes bellos y sonrientes, hoy
desfigurados, las imágenes de mujeres sin manos, mujeres cuya voz ha sido
silenciada a manos de sus compañeros o de algún conocido, y otras menciones
importantes que de inmediato causaron fuerte impresión en el público, el
anfitrión de la Tertulia recalcó la importancia de trabajar a favor de una
cultura de paz, abogó por la tolerancia, y fue enérgico al dirigirse al sexo
masculino, al hombre que golpea y que maltrata. La primera poesía de la noche no
fue la excepción, “Las Evas Vivas” de Jael Uribe dejó bien claro el lado
de la historia de una mujer que cree que dentro de cada una hay una Eva que
agoniza, que es asesinada cada día por ella misma, habla de mujeres que no se
dan cuenta de su gran fuerza interna para levantarse y hacer frente a la
violencia que permiten, sobre todo a la violencia que muchas mujeres ejercen
sobre si mismas al menospreciarse. Jael Uribe impuso su voz, su pasión
y de alguna manera, su mensaje de fuerza ante el abuso.
Los hospitales están llenos de
mujeres que callaron, cientos de casos de mujeres violentadas hijas del
silencio, los tres poemas de Rossio
Salvador hablaron de ese silencio de una manera desafiante, rebelde, real y
humana. El anfitrión recordó que por eso, ante el silencio, existe el festival
GRITO DE MUJER, del MPI, este pidió a las mujeres no callar ni por navidad. Una
mujer que calla, se siente abandonada, una mujer violentada en silencio se
siente NADIE, y ese justamente fue el título de la emotiva poesía, magistralmente
dramatizada por Denisse Español, de apariencia indefensa, pausada, tranquila, pero
con una verdad certera en los labios que nos hizo sentir a todos como es convertirse
justo en eso, en nadie, ser de aire. A su poema le siguió otro en donde la conversación
casi nula de una pareja hacia sentir a la mujer menospreciada, solitaria en si
misma, ¿Les parece alguna imagen conocida? Lamentablemente los objetos en el
espejo retrovisor aparecen más cerca de lo que están, y muchas mujeres se enfrentan
a esta realidad diaria, a este tipo de violencia “Invisible”, una violencia
muda que mata el alma antes de tomar el cuerpo.
Luz Aida Cruz, cuya poesía constituye una terapia de vida, un único
lenguaje que practica no para ser “poeta” sino para rescatarse de si misma y de
la vida, en su primera intervención en público, mostró una vertiente diferente,
el otro lado de la cara de una mujer cuando se siente segura de si misma, de
una mujer timonel de su barca por el lago de la certeza sin miedo. Su poema “Itaca soy yo”, lo dice todo. Luz es una
mujer dueña de sí como pocas, como deberían ser muchas, como deberían ser
todas.
Luego de destacar algunas de
las infinitas cualidades de la mujer, el anfitrión no contuvo su descontento por
los entes de su mismo sexo, ante el hombre que maltrata y pidiendo excusas de
antemano al público, manifestó el tamaño de su desencanto con una sonora
palabrota. “¿A quien se le ocurre golpear a una flor tan delicada como la mujer?” –expresó con un puntapiés.
Lamentablemente Eduardo y todos nosotros sabemos que si existe esa calaña, hay
hombres al igual que él que han vivido tanto tiempo en el vertedero de basura
que no podrían diferenciar el perfume de las rosas aunque lo tuvieran embarrado
en la nariz. Jennet Tineo y su poema “La
Mujer Espiral” enroscó en sus rizos a todos los hombres presentes, los
envolvió en un mundo femenino íntimo que pocos conocen fuera de la cama y el
sexo, en el mundo en el que la mujer se reserva para sí misma, para hacer lo
que le gusta, leer el horóscopo, sencillamente hacer lo que le da la gana. ¡Cuantas
mujeres sumergidas en rutina existen! En una vida en la que dedican todo a
perderse para que su familia gane, olvidándose de si mismas, de darse un
segundo de respiro para conocer el propio olor de su aire. Una mujer que vale
su peso en oro, y no ha podido detenerse a contemplase y admirarse.
Existen silencios buenos, dijo
Eduardo, silencios que nos llevan a la creación de lo grandioso, al crecimiento.
No todos son “malos silencios” esos son los silencios que llevan a una mujer a
escribir, a sacar de adentro todo sin sentirse reprimida, sabiendo que las
hojas son el único lugar donde a veces ella puede ser una en si misma y
simplemente sanarse al decir. “Devastada”,
de Luz
Aida, nos habló de ese trance, del dolor que se siente ante la
impotencia del ser, estar, pero a la vez no. “Navidad sin violencia” mostró a la misma mujer que todos conocemos,
la que ve sus luces apagarse entre flores marchitas y bombillos de colores en
otras casas, mientras la suya permanece en sombras como una tumba decorada en
la noche. Denisse Español, continuó
con los silencios, con esa imagen desgarradora que aterra al más valiente
aunque esté acompañado.
Al finalizar la noche, luego
de más de dos horas de emotiva de tertulia, Jennet Tineo enfrentó al sexo masculino con poemas femeninos,
feministas, sensuales, poderosos. ¿De qué
nos sirve una mujer desnuda? Nos dice Jennet, y yo les pregunto lo mismo a
muchos hombres que dan tanto poder a un cuerpo físico, abierto, dispuesto a la
entrega sin pensar que dentro hay una Shakti, una parte de su propia esencia
masculina multiplicada en lo sensible de un alma que siente, sin ser
independiente de su cuerpo. Una mujer que anhela alcanzar el placer mas allá de
la carne, en el gozo sempiterno de su ser, de su femineidad pocas veces
comprendida por hombres egoístas, que únicamente miran un lado del espejo que
por lo general es el suyo sin pensar en ella. Por eso, el hombre es definido según
la poeta Jennet como un “Perro del Aire”,
un hombre indeleble que tiene el poder de lamer heridas y cicatrizarlas a
prisa, o que si así lo decide, puede dejar la marca de su mordida en el pasto
donde ninguna otra flor vuelve a crecer jamás.
Al cierre, finalmente nos
quedó el mensaje a las mujeres, todo el peso de la responsabilidad de cambiar
al mundo y de criar a nuestros hijos con conciencia de paz recayó sobre
nosotras con su mazo fuerte y contundente. El mundo sólo cambia, cambiándolo,
la mujer tiene todo el poder de hacerlo. El hombre también tiene opción de
decidir el camino que toma sin excusas
ni rodeos. Una cultura de paz, es un asunto de todos. -Jael Uribe.
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