Nunca alejes al que está triste, ni des la espalda a quien ha tenido
un percance y no se encuentra en su mejor momento. No hay que ser
vidente para darse cuenta cuando alguien necesita de tu presencia, tus
palabras, tus silencios, tus abrazos. Basta con que te importe saber que
en algún lugar de tu mundo, para alguien puedes significar la
diferencia entre la luz y las tinieblas.
Jael Uribe
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¡Muchas gracias por llenarme de luz! ¡Te regalo una sonrisa!