Lectura
Hoy me estaba esperando en la puerta. Pensé que era la cosa más fea y desgarbada que jamás había visto. Aún así le abrí los brazos de par en par. Lo levanté del piso, le tomé una foto, le hice un espacio entre los cuencos de mi habitación para que pudiera dormir. Cómo lloraba el probrecito! el mundo parecía ser demasiado grande para él. Lo estrujé entre mis palmas, quería convencerlo de que se quedara conmigo, de que no encontraría otro lugar mejor que aquí. Tan pronto le dí de comer enfiló hacia la puerta. Se fue siguiendo al primer muchacho que pasó cerca sin voltear a verme. Dibujaba a su paso los trozos de mi desilusión. Maullaba y se frotaba de sus piernas con absoluto regocijo, tal como me lo hizo a mí.
#jaeluribe
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