Tómate un respiro. Observa con detenimiento lo que está ocurriendo en el mundo. ¿Qué ves? ¿Caos, locura, catástrofes, belleza? Tal vez todos veamos lo mismo, pero cada quien lo procesa de manera distinta; algunos sueñan con un mundo mejor, mientras otros lo ven irremediablemente perdido.
Cada uno/a crea la realidad que lleva dentro. Lo que permitimos que nos afecte, lo que aceptamos…
A veces, necesitamos un momento para mirar hacia adentro, hacia el caos que llevamos dentro: ¿Qué estamos haciendo por nosotros mismos? ¿De qué manera estamos dejando que el mundo exterior nos impacte?
Algunas personas parecen inmunes, expertas en indiferencia. Otras se quejan de todo, se lamentan sin cesar, pero no se esfuerzan por ver más allá del desorden, para ser la diferencia.
¿De qué lado estás? ¿Eres el villano, el bufón, la heroína o la indiferente? ¿Quién eres realmente?
Si estás siendo auténtico/a, ¡felicidades! Eres de las pocas personas que se han atrevido a ser valientes, a mostrarse tal como son en un mundo donde la gente vive atada a una máscara, contemplando una imagen distorsionada de su verdadero ser.
Te invito a que te mires por un momento y reflexiones: ¿Qué es lo que el mundo necesita de ti? ¿Te inquieta lo que está ocurriendo? ¿Deseas una realidad diferente? ¡Te aplaudo por responder con honestidad! Reconocer nuestra humanidad es el primer paso para abrirnos camino entre las sombras, la mediocridad y la indiferencia.
No te estoy pidiendo que te sientas superhumano/a. No tienes que salir a protestar por todo lo que está mal. No necesitas exhibir tu corazón para que otros sepan que te duele lo que vivimos. Se trata de ser la mejor versión de ti mismo que puedas ofrecerte, ¡ese es el mejor regalo que le puedes dar al mundo!
Las personas felices no hacen daño, las personas honestas no roban, quienes están en paz consigo mismos no provocan guerras, quienes han sanado su ira no lastiman ni matan. Asimismo, quien está satisfecho con lo que tiene, no sabotea ni envidia. Solo quien carece de algo sufre su ausencia y lo refleja en la manera en que trata a los demás.
El caos que ves en el mundo no depende de los ojos con que lo mires, sino de los ojos con que te miras a ti mismo/a.
¡Tú eres el cristal a través del cual se ve el mundo! La realidad que vivimos es un reflejo de ti, de cada uno de nosotros. Por eso, te pregunto: ¿Qué estás haciendo para cambiar el mundo? ¿Estás mirando en la dirección correcta?
¡Gracias por regalarnos la mejor versión de ti!
Jael Uribe
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¡Muchas gracias por llenarme de luz! ¡Te regalo una sonrisa!